Dios nos da una vida perdurable por medio de su Hijo Jesús, el Mesías.

Esa vida perdurable significa que no se deteriora. Puede ser sometida a todas las pruebas dentro de los límites del tiempo, ambiente, espacio y no será afectada. Jesús dijo en cierta ocasión: “Mis ovejas me siguen . . . Y yo, les doy vida eterna; y no morirán  jamás (eternamente), ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de las manos de mi Padre” (Evangelio de Juan 10:22-29).

La vida eterna es algo deseable y algo que se puede conseguir, depende de una decisión que los seres humanos tomen. Todo cuanto se tiene que hacer para conseguirla es seguir a Jesucristo por medio de la fe en Él como Señor y Salvador personal, y vivirás para siempre cuando dejes este mundo. Si tu no tienes la seguridad de esa vida que Cristo ofrece, pide a Él que entre a tu vida como tu Salvador y Señor, tendrás el perdón de tus pecados, te dará paz y la seguridad que el día que te mueras llegarás con Él al cielo. Espero que si lo hagas.

Lee Juan 10:22-29