En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los actuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objetos de la ira de Dios. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aún cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados!

Efesios 2:1-5

El escritor de esta carta, apóstol Pablo hace una exposición en el capítulo 2:1-12 de la vida en Cristo. Hay que reconocer a diestra y siniestra esta verdad indiscutible, de que estábamos extraviados o perdidos del camino de Dios y mientras más avanzábamos en nuestro tiempo de vida no había esperanza de tomar el camino correcto y justo, si hubiéramos llegado al final hubiéramos muerto eternamente, lejos de Dios y de la esperanza de entrar al cielo para vivir eternamente. “Por la misericordia (gracia) de Dios fuimos salvados.”

Por cierto, mucha gente alrededor del mundo mueren cada día en esa condición. Pero gracias al Espíritu de Dios nos hizo renacer a una esperanza viva, reconociendo que éramos pecadores para con Dios y que necesitábamos de su perdón, pero no teníamos mérito alguno para que lo hiciera a menos que reconociéramos y creyéramos en su Hijo maravilloso que murió por nuestros pecados, Jesús el único Salvador, y lo hicimos, entregamos nuestro ser a él recibiendo una nueva vida con proyección de eternidad y salvación eterna, Dios nos perdonó y nos adoptó como sus hijos.

Si tú, aún estás en el camino errado, vuelve a la encrucijada y toma el único camino verdadero que es Cristo Jesús, él mismo lo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre (Dios) si no por mí” (Evangelio de Juan 14:6).

Lee Efesios 2:1-12