“Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en los asuntos de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria. Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: . . . ahora que se han despojado del viejo hombre (vieja naturaleza) con sus hechos. Y se han vestidos del nuevo (nueva naturaleza) que se va renovando en conocimiento a la imagen de su Creador . . . sino que Cristo es el todo, y está en todos.”

(Carta del Apóstol Pablo a los colosenses 3:1-4, 5a, 9,10,11)

Jesucristo dijo al religioso Nicodemo: “te es necesario nacer de nuevo si quieres entrar al reino de los cielos”. Él mismo dijo que este nuevo nacimiento se realiza por el agua y el Espíritu. El agua es la Palabra de Dios y el Espíritu, es el otro Jesús, el Espíritu Santo. “Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera (humana), sino de simiente imperecedera (Divina), mediante la Palabra de Dios que vive y permanece.” (1a. Carta del Apóstol Pedro 1:23) “¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva…” (1a. Carta del Apóstol Pedro 1:3-5).

Este es el pensamiento del apóstol Pablo, si tenemos la naturaleza de Cristo debemos vivir como Él vivió, olvidando lo que hicimos en el pasado, fuimos perdonados no teniendo méritos, sino por el sacrificio de Cristo Dios nos otorgó el perdón. Así que, por Cristo y en Cristo tenemos una vida nueva, por eso ya no podemos continuar en esa vida pecaminosa del pasado o volver a tras o ser infieles a Cristo nuestro amado Salvador, Señor y Sanador. Tenemos a Cristo en nosotros, Él vive dentro de nosotros por su Espíritu, por ello es que debemos vivir responsablemente en todo, de manera limpia y justa y parecernos más y más al Hijo de Dios. Ante la tentación del diablo, podemos resistir por el poder de Cristo y del Espíritu Santo. El Apóstol agrega: “Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia la cual es idolatría. Por estas cosas viene el castigo de Dios. Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, irá, malicia, calumnia y lenguaje obsceno, dejen de mentirse unos a otros. ” (Apóstol Pablo a los colosenses 3:5,6,8).

Una sabia advertencia y un buen consejo: disfrutemos nuestra vida en Cristo quien nos ha dado una nueva naturaleza. Somos más que vencedores en su poderoso Nombre.

Lee Colosenses 3:1-11