Dios espera al pecador que acuda en arrepentimiento sincero y Dios siendo tan amplio en perdonar lo recibirá y le otorgará el perdón, por amor. Mucha gente sabe de Dios y de Cristo, es un gran privilegio pero es una grande responsabilidad. La obligación que acarrea este conocimiento es la de —arrepentirse y cambiar. Las dos palabras están muy unidas. Arrepentirse simplemente podría significar cambiar la manera de pensar; y es más fácil cambiar de idea que cambiar el modo de vivir. Pero este cambio ha dado por resultado dejar el camino antiguo y caminar por el nuevo. El ser humano no necesita por ninguna razón suicidarse.

El arrepentimiento tendrá ciertas consecuencias:

(1) Afectará el pasado: “los pecados serán borrados. Dios limpia, borra el pecado del hombre a quien perdona, ya no hay culpa.

(2) Afectará el futuro: “traerá descanso, reposo.” En la vida del arrepentido entrará algo maravilloso que le dará fuerza en la debilidad y descanso en la fatiga que produce la existencia. El ser humano tiene que ser oportuno, antes que la muerte llegue a él y como nadie sabe cuándo será, entonces hay que tomar esa decisión que cambiará el destino eterno.

Dios dice por medio del profeta Isaías: “¡Busquen al Señor mientras pueda ser hallado, llámenlo mientras está cerca. Que abandone el malvado su camino y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios que es generoso para perdonar y de él recibirá misericordia.” Isaías 55:6-7. Arrepentimiento sincero y recibirás perdón.

Recibe a Cristo en tu vida si nunca lo has invitado. Dile así: Dios me arrepiento de todos mis pecados, perdóname, recibo a tu Hijo como mi Salvador. Señor Jesús salva mi alma, te recibo en mi vida, dame paz, seguridad y te prometo seguirte. Cuando muera recíbeme en tu gloria. Amén.

Lee Hechos 3:19-20