La viuda de un miembro de la comunidad de los profetas le suplicó a Elíseo: —Mi esposo, su servidor, ha muerto, y usted sabe que él era fiel al Señor. Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.—¿Y qué puedo hacer por ti?—le preguntó Eliseo—Dime, ¿qué tienes en casa? — Su servidora no tiene nada en casa—le respondió, excepto un poco de aceite.

2 Reyes 4:1-7

Todos experimentamos en cierto tiempo de la vida circunstancias difíciles, como una enfermedad repentina de alguien de la familia, pérdida del empleo, el negocio no está produciendo lo necesario, presión financiera o económica, no se pueden cubrir los gastos fijos que tenemos, lo más difícil de afrontar y que es muy dolorosa, es la muerte de un ser querido, no solo son los gastos funerarios, sino que se complica mucho más si el que se murió era el sostén del hogar y si él no dejó nada previsto para la familia, es una situación difícil de enfrentar. En los grandes momentos de crisis social, política o económica, es fácil angustiarse y buscar una falsa solución. Esto es lo que nos relata esta historia, no es un cuento, es una historia verídica de una mujer que repentinamente enviudó.

I. Identificación del problema. Todas las familias tienen problemas. El problema de esta familia era que el esposo y padre había muerto. Dejó deudas pendientes y la viuda estaba a punto de perder a sus dos hijos por la deuda, el acreedor se los llevaría y serían sus esclavos. La ley lo justificaba, estaba en su derecho. El libro de Levítico es muy específico 25:39-42, hasta el año del jubileo serán rescatados o dejados en libertad. El Jubileo era cada 50 años. Cuando llegaba ese día del jubileo era tiempo de reparación, de alegría, se regresaba lo empeñado (joyas, propiedades, liberación de la deuda, libertad de los esclavos).

II. Búsqueda de solución de la viuda en el consejo del siervo de Dios. No fue  con el prestamista o banquero ni con el brujo, o el espiritista, ni con una secta satanista. Fue con el profeta Eliseo a consultarlo, que le diera un consejo o hiciera oración a Dios por ella, por sus dos hijos y por la solución de su problema. Necesitaba un milagro, una solución a su urgente necesidad, ella amaba a sus hijos, no quería perderlos. El profeta le hizo 2 preguntas de donde se derivó la solución del problema de la mujer.  ¿Qué puedo hacer por ti? Y ¿Qué tienes en tu casa? La viuda respondió: su servidora no tiene nada, solo un poco de aceite en una vacija. Eliseo le dio instrucciones: ve y junta tus vasijas o recipientes y de tu aceite ve llenando los objetos y busca más recipientes entre tus vecinos. Y después vende el aceite, paga tu deuda y te sobrará dinero para vivir con tus hijos sin problema alguno.

Continúa…

Lee 2 Reyes 4:1-7