La soberanía de Dios:
Es el derecho que tiene Dios de ejercer su poder gobernante sobre toda su creación en forma absoluta; incluye la forma como ejerce su poder para gobernar. La soberanía de Dios es sin límite y es derecho de Dios, nadie se lo ha dado. La soberanía de Dios se manifiesta dentro de un orden divino.
Veamos algunos escenarios en la Biblia en algunas declaraciones que expresan sus escritores respecto a lo que expresa Dios sobre su voluntad absoluta la cual es inconmovible, debido a que todas sus acciones conllevan al cumplimiento de un plan eterno y ningún poder, ni plan humano podrán detenerlo.
Para bendición de sus hijos o de nosotros existe una voluntad permisiva, por eso acudimos a Dios en oración y ruego para presentarle nuestras necesidades, problemas, salud para nuestro cuerpo, nuestras tentaciones e inconformidades con otros y con nosotros mismos. También nos libre de las tentaciones de su enemigo quien también es nuestro enemigo.
El profeta Isaías declara (14:26-27): “Esto es lo que he determinado para toda la tierra; esta es la mano que he extendido sobre todas las naciones. Si lo ha determinado el Señor Todopoderoso, ¿Quién podrá impedirlo? Si el ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla?
El Salmo 135:6, dice: El Señor hace todo lo que quiere en los cielos y en la tierra, en los mares y en todo sus abismos. “Porque todas las cosas proceden de Él y existen por Él y para É ¡A Él” sea la gloria por siempre! Amén”
Romanos 11:36: “En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de Aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad.”
A los Efesios 1:11: “En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad”.
El profeta Isaías lo declara en forma enfática: capítulo 40:15, entre otras cosas dice: “Todas las naciones no son nada en su presencia, no tienen para El valor alguno.” V. 23: “El anula a los poderosos, y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.” Agrega: “con ¿Quién compararán a Dios? ¿Con que imagen lo representaran?” V.18.
Lo único que falta a la humanidad, casi en su totalidad es reconocer la soberanía de Dios la cual es intocable y se le debe dar a El: honor, pleitesía, adoración, alabanza, honor y reverencia. Su pueblo, los que creemos en Dios y en su plan de redención debemos continuar haciéndolo, dando también testimonio de nuestra fe en El.
Lee Salmo 135:1-7