Un padre que ama a sus hijos los instruirá y estos deberán aferrarse a sus consejos, como mandamientos que deben cumplir para que su futuro sea prometedor. La buena instrucción, la buena palabra de orientación es sabiduría de un padre, que habiéndolo recibido en su pasado cuando era un muchacho o jovencito de su progenitor, ahora quiere heredar estos mismos principios a sus hijos.

La sabiduría es la aplicación de la inteligencia, del razonamiento, del discernimiento, de la instrucción, de la enseñanza, de una vida de rectitud, más, con los buenos y acertados consejos de los padres, garantiza una vida plena, una vida de éxito y de grandes satisfacciones. Además, con la sabiduría se cumplirá la promesa de Dios, que se prolongará el número de años en nuestra existencia. La sabiduría protege de toda la escoria qué hay en este mundo, de la mala influencia, de una vida liviana e irresponsable. Por lo tanto, es necesario que cuidemos y amemos la sabiduría y ella nos exaltará.                   

En la vida hay obstáculos y desviaciones que nos harán desistir de nuestros objetivos, así como de nuestra relación y comunión con Dios, pero si somos sabios podemos sortearlos y lograr una vida feliz y satisfactoria. Esta debe ser la meta en nuestra vida como hijos de Dios, ser sabios como Él lo es. Es importante hacer el cambio de actitud, salgamos de la mediocridad a una vida de éxito, la siguiente invitación para ti y para mi es esta: “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar . . .” (Santiago 1: 5, 6a).

Lee Proverbios 4:1-13