“Entonces el Señor mostró amor por su tierra y perdonó a su pueblo. Y les respondió el Señor: ~Miren, les enviaré cereales, vino nuevo y aceite, hasta dejarlos plenamente satisfechos; y no volveré a entregarlos al oprobio entre las naciones.”

Profeta Joel 2:18-19

El profeta Joel fue uno de los videntes del pueblo de Israel, casi todas sus profecías apuntan al futuro cercano o lejano. Desde los babilonios otras naciones han conquistado la tierra de  Israel, por codicia o como instrumentos de Dios para castigarlos. En el siglo pasado el pueblo judío experimentó un genocidio brutal, perverso y vergonzoso por los alemanes bajo el gobernante sanguinario Adolfo Hitler. Batallas militares de los países vecinos por envidia y codicia desde la mitad del siglo XX hasta la fecha 2021. Sufrió la tierra de Israel y el pueblo calamidades naturales, terremotos, sequías, incendios forestales y plagas que les afectó tremendamente, sufrieron escasez, hambruna y exilio.

Se cumple la profecía del profeta Joel en cuanto a la prosperidad material, Israel como pueblo en 70 años se convirtieron en un país de primer mundo, son exportadores de diferentes productos, tecnología, sistema de goteo de agua para la agricultura donde hay escasez de agua, medicinas para enfermedades incurables, etc., etc. Han enviado al espacio satélites y una nave de investigación a la luna, han sido inventores de tecnología, electrónica y espacial. Armamento militar, tienen uno de los mejores ejércitos del mundo. Se cumplió y seguirá cumpliendo la profecía de Joel que Dios nunca más los entregaría al oprobio de la naciones gentiles respecto a un exilio u ocupación de su tierra.

Dios escogió a este pueblo para cumplir sus propósitos, uno de ellos fue el Mesías Jesús quien fue judío, nació de una madre judía, su Padre fue el Dios de Israel y de los gentiles. Cuando Dios promete siempre cumple sus promesas, convenios o peticiones por nuestras oraciones, se requiere de parte nuestra fidelidad, fe, y paciencia para recibir todo lo que pedimos a Él en el nombre de su Hijo Cristo nuestro Salvador y Señor.

Lee Joel 2:18-27