¿Cuántas veces al día dices una mentira? Según investigadores del comportamiento humano, sugieren que toda persona miente por lo menos una vez al día (tal vez tú seas la excepción, pero mientes algunas veces). Algunas personas dicen “las mentiras nos evitan graves problemas o nos mantienen en excusa.”

La palabra de Dios, la Biblia nos dice que toda mentira es dañina y debería evitarse, aunque desde nuestro punto de vista sean pequeñas o insignificantes. Hay mentiras graves que afectan, hieren, distorsionan la verdad, tergiversan los hechos o las palabras, hacen daño a las personas, a la familia, a los amigos y a las instituciones. La mentira es una manera cobarde de salir de un apuro. “Los labios mentirosos son abominables a Dios, pero le complacen quienes actúan con verdad” (Proverbios de Salomón 12:22),  “porque Dios es veraz” (carta a los Romanos 3:4).

Al conocer y tener una relación con Dios debe conducirnos a hablar con la verdad, “el que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veráz” (Evangelio de Juan 3:33). Nos hemos olvidado que “el diablo es el padre de mentira” (Evangelio de Juan 8:44) y nos impulsa a imitarle tomando el camino más fácil para salir bien librados en ciertas situaciones donde hemos mentido ocultando la verdad. Cuando llegamos tarde a una cita, cuando no nos conviene responder el teléfono, al ser irresponsables en el horario y cumplimiento del trabajo requerido o de nuestros deberes, cuando neciamente queremos tener la razón o justificarnos, nos decimos: “es mejor salvar la apariencia sacrificando la verdad”. Nuestra conciencia la hemos adormecido por el hábito de mentir. Lo que conviene hacer, es arrepentirnos y pedir perdón a Dios y a los que hemos engañado, también pedirle a Dios valor para decir la verdad y afrontar las consecuencias. Eso le agradará a Él, a otros y a nosotros mismos. “… el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios” (Evangelio de Juan 3:21).

Nunca nos justifiquemos con la mentira. Digamos la verdad aunque otros se molesten o se enojen.

Lee Juan 3:19-21