Ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos.

Evangelio de Juan 17:9

Casi todos los creyentes católicos y evangélicos, aún personas que forman parte de una secta, si se les pide que reciten la oración del Señor Jesucristo, comenzarían diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos . . .” Esta oración de Jesús es la más conocida y la más usada en liturgias, cultos de adoración y oración, misas, etc. en combinación con otros rezos y en forma personal.

El Padre nuestro se le conoce, fue un modelo a la insistencia de los discípulos para aprender a orar, no era una oración repetitiva que Jesús estuviera haciendo, ya que el no tenía que pedir perdon por sus pecados, porque él no los tenía, era perfecto en su vida espiritual, moral y social. Si tu deseas repetir o hacer una oración parecida que Jesús elevó a su Padre celestial, debes leer el Evangelio de Juan capítulo 17, en la que se observa la magnifica relación que Jesús tenía con su Padre, obediencia total, comunión perfecta y la extraordinaria manera de expresar la voluntad que siempre tenía hacia su Padre.

En Juan 17 esto es lo que encontramos: El Padre concedió autoridad a su Hijo. El Hijo glorificó al Padre en todo lo que realizó. El Hijo dio a conocer al Padre a los hombres. El Hijo y el Padre son copartícipes de la gloria por la obra que realizó Jesús en su Nombre. El Hijo cumple con todo el plan del Padre sobre la redención del hombre y regresaría a su Padre. El Hijo intercede a favor de sus seguidores para que fueran uno, como él había sido uno con su Padre. Y oraba por los suyos para que estuvieran con él y vieran la gloria que el Padre les había dado. ¡Esta es la verdadera oración de Jesús al Padre! La otra oración, el Padre Nuestro, es una oración que se puede usar como modelo para las oraciones personales, y, si se repite, debe hacerse con convicción, comprendiéndola y creyendo su contenido y no como una oración mágica.

Lee Juan 17