Segunda Verdad:

Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. El alcance del poder de Dios excede las esperanzas y las imaginaciones del corazón o de la mente humana. La expresión; mucho más abundantemente, es acuñada por Pablo, y se considera un superlativo, que significa, superabundante. La capacidad de Dios de llevar acabo sus propósitos es algo más allá de los más grandes poderes. Cada año hay nuevos convertidos a Cristo, Dios es quien llama y esa es la razón de ser de La Iglesia. Toda iglesia local es importante y necesaria porque todas están empeñadas a extender el reino de Dios, para esperar  al Señor de La Iglesia en su regreso.

Tercera Verdad:

“según el poder que actúa en nosotros.” Intenta declarar que hay una relación entre lo que el creyente disfruta ahora del poder divino en su conversión y el poder infinito de Dios que puede hacer todo aquello por lo que el apóstol oró. Cuán necesaria son nuestras oraciones en favor de la predicación del evangelio. Todos debemos ser participantes en la obra de Cristo.

Continúa…

Lee Efesios 3:20