Salmo 147

Este salmo es increíblemente bello, de los versos 4 al 10 se refiere a Dios como creador, hace una descripción del universo, de la lluvia, de los animales del campo, de los seres humanos indefensos y angustiados, habla de la grandeza de Dios, de su notable insigne, de su singular excelencia, de su poder y de su entendimiento infinito.

El verso 1 es una declaración de alabanza al Señor, el cantarle salmos es justo porque solamente Él se lo merece por lo que Él es. En el verso 3 y 4 se demuestra el interés por el bienestar de su pueblo en el exilio, le importa y desea que su manada pequeña regrese a su tierra para su restauración de su abatimiento, así como vendar sus heridas por el sufrimiento que han tenido durante 70 años en tierra extraña. Los versículos 12 al 20 describe la bendición que su pueblo recibirá en su tierra, tendrán seguridad, habrá abundancia, volverán a su palabra, a sus leyes, a sus decretos. El verso 11 es una bendición  de Dios para los que creen en sus promesas. “… se complace en los que le temen, en los que confían en su gran amor.” Esta bendición es también para nosotros los que no somos del pueblo judío, ya que somos sus criaturas y sus hijos, Él ha formado otro pueblo que es suyo entre los gentiles, por la obra de Jesús el Cristo, por medio de él hemos sido adoptados para Dios su Padre y para gloria suya. Por lo que se espera de nosotros que tengamos temor y reverencia a su majestad y que reconozcamos su excelencia, reconocer y creer en su amor.

Dios es excelso y grande, merece nuestra adoración, alabanza y gratitud.

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