En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio, mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. El se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.

Carta a Tito 2:11-14

El apóstol Pablo es quien escribe esta breve carta a su hijo espiritual Tito, un pastor de las iglesias de la Isla de Creta a quien Pablo dejó para corregir algunas extravagancias y legalismos que practicaban los judíos y para enseñar y laborar en estas iglesias de la Isla.

Un tema especial de la carta es explicar la función que tiene la Gracia o Misericordia en la promoción de las buenas obras entre el pueblo de Dios ( Tito 2:11–3:8). Esta carta fue escrita aproximadamente en el año65. El apóstol explica la vigencia necesaria entre la gracia salvadora de Dios en Cristo y el comportamiento cristiano. La gracia de Dios o su gran misericordia para la humanidad para que disfrutaran de una vida eterna  y fueran salvos de la condenación eterna, lamentablemente no toda la gente llegan a creer y a recibir esta gracia salvadora la cual compró Jesús por medio de su sacrificio y muerte de cruz.

Los que sí han creído en diferentes épocas, que ya son más de dos milenios todos esos creyentes incluyéndonos, tienen vida eterna y no vendrán a condenación, nosotros ya tenemos esa vida eterna. Los creyentes o seguidores de Jesucristo han procurado en obediencia por su nueva vida, dejar toda maldad y pasiones del mundo, para que podamos contribuir para que se viva con justicia, la cual es un problema grave que se ha tenido y se tiene en cualquier lugar del mundo.

Continúa…

Lee Tito 2:11-15