“Si el Señor no construye la casa, en vano se esfuerzan los constructores”

Salmo 127:1a

Hubo una época cuando los novios se casaban, lo tenían como una meta a alcanzar. Culturalmente, era hacer lo correcto.  Ahora el matrimonio para algunos ha pasado de moda, parece como si no importa la forma de vivir responsablemente en pareja. Como que se huye a la responsabilidad, o se ha perdido de vista el hogar, formar una familia con sentido de amor, de apego y de tener hijos que vivan con la seguridad de una paternidad responsable.

Dios fue el creador de la familia, cuando el hombre llamado Adán estaba solo, Dios consideró que no era bueno que lo estuviera y decidió crear a una compañera para él, que fuera su esposa y se multiplicaran, teniendo hijos. Y el Creador se sintió satisfecho al verlos juntos y teniendo hijos. Desde entonces Dios valora a la familia y la ama. Lamentablemente hay hombres que son indiferentes o irresponsables del hogar o algunas mujeres que también lo son.

El salmista tiene mucha razón cuando dice: “Si Dios no construye el hogar en vano se esfuerzan los que lo edifican.” Para tener un buen hogar o una linda familia, se tiene que dar la oportunidad a Dios para que participe en la formación, administración, estabilidad, unidad y continuidad de la familia. Sus consejos e intervenciones son una excelente ayuda. Mi esposa y yo tenemos 54 años de estar juntos, formamos una familia que nos ha dado satisfacción. Conozco a otras familias con menor o mayor número de años de casados que nosotros y es agradable ver la unidad y la felicidad que disfrutan. El secreto fue darle la autoridad a Dios para que interviniera para el bien del hogar. Todo es posible. Si no los haz invitado a ser parte de tu hogar hazlo ya. Y disfruta de la bendición de Dios, de tenerlo como un miembro más del hogar.

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