El salmo uno es un poema excelente, es anónimo, breve, pero de un contenido asombroso. Hace un contraste entre dos tipos de personas, el justo y el malvado. En esta reflexión me dedico a exponer la felicidad o dicha de la persona justa. El poeta declara: que la persona justa tiene ciertas virtudes:

La persona justa es dichosa porque no sigue el consejo de los malvados. Hay algunos creyentes que han perdido esta posición porque han caído en la trampa, en la tentación de acudir con personas que no tienen temor de Dios, ni han tenido una experiencia personal con Jesucristo en lugar de haber dependido del Espíritu Santo para algún tipo de decisión o acudir a un consejero cristiano o a un pastor siervo de Dios. 

La persona justa es dichosa porque no se ha detenido en la senda de los pecadores. El hombre extraviado o perdido del propósito y voluntad de Dios, vive en el mundo bajo otra filosofía, su actuar guiado por sus instintos, circunstancias, pasiones y viviendo en sus extravíos, delitos y pecados, vive bajo su suerte, y desafortunadamente hay cristianos inmaduros descuidados que son atraídos por ese caminar del pecador no arrepentido ni mucho menos perdonado por Dios por medio de Cristo.

La persona justa es dichosa porque no cultiva la amistad con el blasfemo. Cuando uno oye hablar al ser humano grosero, maldiciente y blasfemo, hay que retirarse de esa amistad que contamina todo lo que tiene cerca. Y tales individuos caen en el pecado imperdonable o en la blasfemia contra Dios o contra Jesucristo.

La persona justa es dichosa o feliz porque se deleita en la Palabra del Señor, sea su ley, preceptos, mandamientos o enseñanzas del nuevo testamento. Disfruta, se complace, lee, memoriza, estudia y medita en las verdades de su Señor y Dios.

La persona justa es feliz porque vive junto al agua de vida, da frutos para gloria de su Dios, jamás su fe se marchita, confía y su vida es prosperada en todo lo que hace.

La promesa de Dios para el justo es que Dios lo cuidará.

Seamos dichosos y felices en Cristo Jesús; que esa sea nuestra meta, para vivir en prosperidad.

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