Salmo de gratitud 103

Este es un salmo no solo de gratitud sino de adoración y alabanza. El exégeta Kirkpatric opina: “Este salmo posee una belleza singular. Su ternura, su confianza, su esperanza, anticipan el espíritu del Nuevo Testamento. No contiene nota amarga alguna, y crea un lenguaje apto para expresar su gratitud del creyente hacia Dios por una redención mayor que la del pueblo de Israel de su cautiverio babilónico”

“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; Él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión; Él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas.” 

El salmista da testimonio del amor de Dios hacia aquellos que le temen, que ponen su confianza en él, en su voluntad aun en medio de circunstancias difíciles y reconocen todos sus beneficios que incluye el perdón de nuestros pecados; cuidados en una enfermedad de muerte produciendo recuperación. Saciando de bien nuestra boca por la alimentación cotidiana, de tal manera que recibimos un rejuvenecer para continuar con nuestras actividades, trabajo, metas. Al recibir estos beneficios hay inmensa y sincera gratitud en el poeta y debe haberla en nosotros expresada en alabanza y adoración.

Vivimos cada día por la misericordia de Dios, debemos estar conscientes de ello y leer este salmo una y otra vez. Seamos participantes de la oración personal y de la intercesión y en cada logro agradecer y alabar a nuestro buen Dios.

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