Pero Sión dijo: —El Señor me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mi. ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aún cuando ella lo olvidará, yo no te olvidaré. Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes.

Libro del profeta Isaías 49:14-16

El temor o miedo es una emoción que casi todo ser humano en alguna o en varias ocasiones se les ha presentado. Es una sensación desagradable ante el peligro cualquiera que este sea. En algunos casos puede ser imaginario. Puede ese miedo ser presente, futuro o incluso del pasado. El miedo provoca malestar, preocupación y se puede perder el control. Produce angustia y desconfianza. 

El pueblo de Israel tenía miedo ante la amenaza de sus enemigos, y ellos estaban seguros que Dios los había abandonado a su suerte, incluyendo a su ciudad, Sión, Dios por medio del profeta Isaías les dice que no es así, que jamás se ha olvidado de ellos ni de la ciudad.

Posiblemente tú en alguna ocasión ante el peligro, la enfermedad, o ante una amenaza te has sentido igual, has orado pero la respuesta no llega, sintiéndote indefenso, te sientes triste, te sientes mal y preocupado porque tu esperanza lo habías puesto en Dios. Lo mismo que el profeta les dijo a la gente de Israel, te lo dice a ti, Dios no te ha olvidado, tu miedo o temor Él los conoce, su presencia está con cada uno de sus hijos que lo necesiten y la respuesta a tus oraciones en el tiempo de Él te responderá, a veces responde pronto, a veces se tarda, pero llega en el momento más oportuno, solamente necesitamos depositar nuestra confianza y esperanza, Dios nunca te va a defraudar, a menos que estemos en pecado; porque Dios espera nuestro arrepentimiento, eso es necesario para perdonarnos, entonces, nuestras oraciones ya no tendrán estorbo y siendo un Padre amoroso nos responderá oportunamente con su ayuda.

Lee Isaías 49:14-18