El apóstol Pablo recomienda con firmeza: “Vivan en armonía los unos con los otros” (a los Romanos 12:16). Es interesante esta recomendación. Dicen los que saben y según un estudio estadístico que tú y yo no tenemos más de cinco verdaderos amigos. No los individuos que conocemos de tiempo, o aquellas personas que nos han hecho favores, o aquellos a quienes hemos ayudado, sino los verdaderos que en medio nuestro caos, sin empleo, quebrantado de salud, en infortunio o cuando hemos perdido el rumbo, están a nuestro lado, les duele lo que estamos pasando y como los amigos del sufriente Job se quedan callados hasta que llega el momento de aconsejar o de acusarnos que hemos hecho mal, nos exhortan, pero con cariño. En verdad, son escasos esos amigos. El sabio Salomón dijo: “amigo, más que un hermano en tiempo de calamidad o sufrimiento.”
Él apostól Pablo, en la sabiduría del Espíritu dice, que tengamos armonía con los hermanos en la fe en Cristo Jesús. Me parece una magnífica observación que es entre la hermandad donde podemos probar nuestro amor cristiano y donde podemos encontrar afines, a una verdadera amistad armoniosa. Jesús de Nazaret les dijo a sus discípulos: “ya no les llamaré servidores, sino les llamaré amigos…”, incluyendo a Judas Iscariote. Once le fueron fieles y gracias a ellos por su armonía con Él y en su obediencia sabemos de Cristo, el cual se constituyó en nuestro Mesías, Salvador, Señor, sanador y amigo fiel.
Si tu no lo has invitado a que sea tu amigo te has perdido de mucho, Él quiere ser tu amigo, no solo el que ha salvado tu alma, sino el que desea brindar su amistad para que tengas armonía constante con Él y contigo mismo, es el único que puede comprender nuestras inquietudes, nuestros anhelos y nuestras necesidades personales. No debemos estar solos, su compañía es una garantía hasta el último momento de nuestra existencia terrenal. Decídete, invítalo a ser tu Señor y amigo fiel, Él no rechaza a nadie.
Lee Romanos 12:16-21