“Yo dormía, pero mi corazón velaba, Y oí una voz! Mi amado estaba a la puerta! Me levanté y le abrí a mi amado, pero ya no estaba allí.”

Libro Cantares 5:1-4

El autor del Cantar de los Cantares fue el rey Salomón, hijo del rey David. Las habilidades literarias de Salomón fueron muy notables, escribió 3,000 proverbios y 1005 cantares. De estos últimos, sólo se incluyó uno que es el que se tiene en la Biblia y es el mejor de los cantares, presenta ante sus lectores un paradigma del amor romántico en el noviazgo y en el matrimonio. 

Algunos escritores interpretan este libro como un poema lírico que posee unidad y progresión lógica. Comienza con el cortejo o noviazgo, la boda y la maduración del matrimonio. En los versículos citados arriba, trata de un problema de indiferencia de la esposa lo cual se inicia en el sueño. El está ausente de la casa por algún motivo, regresa a su casa, su esposa está dormida, el toca a la puerta una y otra vez insistiendo. Su cabeza está mojada por el rocío abundante de la noche y no se le abre, ella responde en actitud soñolienta, que ya se había alistado para dormir, es decir,  ella escuchó pero se tardó en levantarse, con suma lentitud abrió la puerta a su esposo, pero su amado se había marchado.

La indiferencia y apatía de la esposa es evidente. Este es un ejemplo de la indiferencia que se da a veces en la relación de esposos, cuando hay problemas entre ellos, a veces es el esposo y otras veces la esposa como en este caso. La indiferencia puede matar el amor y la relación matrimonial, es conveniente establecer una mejor y adecuada comunicación, expresar los motivos, ejercer arrepentimiento y estar dispuestos a perdonar. La mujer de nuestra historia se sintió culpable y fue en busca de su esposo en diferentes lugares y envió a sus doncellas a buscarlo y les dio un mensaje,  (5:8) que le dijeran: “estoy enferma de amor.” Deseaba ser abrazada por él. A pesar de su indiferencia con él (5:2,3), su actitud cambió y ahora ella estaba ansiosa de estar con él. Dejemos la indiferencia a un lado con los que amamos.

Lee Cantares 5:2-8