El Rey David escribió el salmo 73 y expresa acerca de lo que debemos ver. Podemos ver un mundo pecaminoso, contemplar nuestro propio yo, podemos ver a un Rey Soberano. La pregunta sigue en pie, ¿hacia dónde estás mirando?

—Podemos mirar hacia nosotros mismos, como le sucedió a David que sobrecogido se sintió pequeño e inútil ante las situaciones del mundo jactancioso, sonriente y fanfarrón. Podemos decir, ¿Hasta cuándo Señor veremos tu justicia? ¿Hasta cuándo Señor seremos liberados del mal que hay en la tierra y que nos rodea tratando de engullirnos? (vv. 12-16) ¿Pureza inútil? ¿Confusión y desesperación? Muchas veces, la comunicación imposible del evangelio que hemos recibido o la palabra de Dios,  nos es difícil de cumplir pero la tarea continúa, aunque sigue inconclusa.

—Podemos mirar a un Señor Soberano. (17-24) Cuando lo vemos a Él, tenemos la respuesta de que el mal tendrá su final. La vida egoísta tendrá también su final. Vemos el favor que Dios nos concede. Cuando lo miramos, nos da el favor de su dirección, nos da su consejo, nos da la visión de su gloria, porque nos recibirá cuando lleguemos a Él (v. 24).

David concluye su exposición en los versículos 25 al 28, expresando que Dios el Señor es nuestra porción permanente, es por eso, que también es bueno estar en comunión con Él mientras estemos en la tierra.

Lee Salmo 73:12-28