“Que abunde en ustedes la gracia y la paz por medio del conocimiento que tienen de Dios y de Jesús nuestro Señor. Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y poder, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda”.

II Pedro 1:2,3

 Nuestra vida en Cristo fue por elección de Dios, para formar parte de su familia o de la comunidad para formar parte de su reino escatológico, por haber declarado que Jesucristo es Señor y Salvador bajo un genuino arrepentimiento y teniendo fe en el único mediador entre Dios y los hombres. Somos bendecidos con la promesa de recibir la gracia de Dios, que es su infinita misericordia para que disfrutemos de contentamiento en nuestra vida, iniciándose esta gracia con la salvación de nuestra alma, continuando con el crecimiento espiritual y la seguridad de estar en Cristo para siempre. La paz es otra promesa que se nos ofrece y tiene su cumplimiento cuando estamos viviendo en Cristo, conociendo más de él, del Padre y de su Santo Espíritu. Además, la bendita promesa de su bondad en todo asunto o carencia en nuestra vida terrena, para que vivamos en el temor de Dios, recibiendo de Él todas aquellas cosas que necesitamos que en su voluntad Él nos promete recibir.

Jesucristo dice: pidan, busquen, llamen. “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Evangelio de Mateo 7:7). Por lo tanto, debemos estar firmes en nuestra vida en Cristo porque los tiempos son difíciles. Prepárate para venir al encuentro de tu Dios.

Lee 2 Pedro 1:2-11