. . . Vayan, y hagan discípulos. . . Y a los discípulos se les llamo cristianos por primera vez en Antioquía.
Mateo 28.19; Hechos 11:26
La evangelización es el compartir el evangelio a toda persona, para que crea en Jesucristo como el Hijo de Dios y como Salvador, reconociendo que Jesús murió en la cruz del Calvario por los pecados de todo ser humano y que solamente por medio de Él puede ser perdonado por Dios; creer en su resurrección y experimentar una vida nueva. Tal persona que crea en esto, tiene que invitar a Jesucristo para que sea su Salvador y Señor. Esto es el inicio para estar en Cristo, ser cristiano o seguidor de Él. Jesucristo enseñó y dio la orden: “ir y hacer discípulos”. Es maravilloso cuando compartimos del Señor a una o más personas, esa es una tarea preciosa que produce gozo al ver y oír la decisión de tales personas. El siguiente paso es continuar con el discipulado, enseñar como continuar viviendo en Cristo, fortalecer al nuevo creyente en la fe, como orar, experimentando la comunión con su Dios y Salvador, enseñarle a conocer, leer y estudiar la Biblia, darle ciertas lecciones básicas de la fe cristiana; advertirle sobre las sutilezas del maligno que le provocara a no continuar en Cristo, advertirle de las tentaciones y cómo enfrentarlas, ayudarle a que no deje de asistir a las reuniones de adoración dominical, involucrarlo en el compañerismo. Estar pendiente de su crecimiento, para que vaya conociendo las verdades bíblicas más profundas. Advertirle para que esté preparada ante otros vientos de enseñanza que provocaran confusión en su fe. Que aprenda a tomar a Jesucristo como el modelo de vida, a depender del Espíritu Santo que está ya en su interior, el cual lo iluminará para continuar creciendo en todo, bajo el modelo que es Cristo. Enseñarle sobre los dones espirituales y como utilizarlos para que pueda servir en alguno de los ministerios de la iglesia. El discipulado no es un programa, es un proceso. Es transferencia de la vida de Cristo en él por medio de un discipulador. El discipulado debe ayudar a los nuevos creyentes a madurar en Cristo (Colosenses 1:28, 29).
Lamentablemente hay muchos cristianos que no están obedeciendo a su Señor porque no están haciendo la tarea que nos dejó. Si tú eres uno de ellos cambia tu actitud hacia quién por amor te dio nueva vida en su nombre y vida eterna.