El Escritor Lucas vio su Evangelio en retrospectiva. Teófilo pudo haber sido su mecenas, el que financió su evangelio y el libro de Hechos de los apóstoles. Debe haber sido un hombre que ocupaba un alto puesto en el servicio del gobierno Romano. Quizá Teófilo no sea su nombre real. En esos días era muy peligroso ser cristiano. Teófilo proviene de dos Palabras griegas: Theos que significa Dios y Filein que significa amor, “amante de Dios”. Por lo tanto, es posible que Lucas escribiera su libro para alguien, que desea conocer de Jesús, es por eso que él relata la vida de Jesús sobre la tierra, y ahora continúa contando la historia de la iglesia cristiana que amaba a Dios. La otra posibilidad es que Teófilo era su nombre real, Lucas escribe su libro para mostrarle que el cristianismo era algo hermoso y que los cristianos eran gente buena y admirable. Era un creyente en Cristo.

Estos dos libros; Lucas y Hechos instruirán a Teófilo y a la iglesia en todas las épocas (Lucas 1:1-4). El Evangelio era la historia de lo que Jesús “comenzó a hacer y a enseñar”. La vida terrenal de Jesús era solo el comienzo de una actividad que no conoce fin.

Hay distintos tipos de inmortalidad:

Está la inmortalidad de la fama.

Sin ninguna duda Jesús ganó esta inmortalidad, dado que su nombre no ha sido olvidado, ni lo será.   

Está la inmortalidad de la influencia.

Hay algunos hombres que dejan una influencia y un efecto en el mundo que no puede morir. Sin ninguna duda, Jesucristo ganó la inmortalidad de su influencia debido a que su efecto sobre la vida de los hombres y el mundo que no puede terminar.

Pero, sobre todo, existe una:

Inmortalidad de presencia y poder.

Jesús está vivo y está activo, su poder se manifiesta.  No es el que fue; es el que es, y su vida continúa.

Continúa…

Lee Hechos 1:1-5