“Recuerda que ando errante y afligido, que estoy saturado de hiel y amargura. Siempre tengo esto presente, y por eso me deprimo. Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza.”

Libro de Lamentaciones de Jeremías 3:19-21

Lamentaciones es un libro que expone el luto del profeta Jeremías, es un apéndice de su libro que lleva su nombre. A Jeremías le  dieron el sobrenombre de profeta llorón y no era para menos, lloraba por la desgracia que sufriría su pueblo en manos del ejército enemigo de Babilonia, pero no le creían, lo maltrataban porque les vaticinaba solo desgracia, muerte, destrucción y exilio.

Los lamentos o ¡ay!, !ay¡ del profeta,  ayudan al lector de su libro cuando se está enfermo, triste, de luto o en depresión, o como él dice, en -hiel y amargura- Al estar en esas condiciones Jeremías oraba intensamente a Dios que retardara su juicio sobre su pueblo y país. En medio de sus lamentos, enfermedad y lágrimas nunca perdió la esperanza en el Dios que todo lo puede, comprendió que el castigo de Dios llegaría por medio de la guerra, la destrucción y la cautividad de los sobrevivientes a Babilonia. Su esperanza en Dios era que él no moriría, por su vejez y deterioro físico no iría en la cautividad, porque tenía que quedarse en su tierra para apoyar a los indefensos, minusválidos, enfermos y heridos, lo cual realizó.

Cuando te encuentres bajo prueba de Dios o en tribulación por causa del enemigo de Dios o bajo disciplina, debes consolarte en la lectura de este hermoso libro, recibirás el consuelo, el apoyo y nunca perderás la esperanza en el Señor de que saldrás de esa situación. La excelente ayuda y consuelo del Espíritu de Dios que estuvo con Jeremías lo estará también contigo.

Lee Lamentaciones 3:19-26