“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”
Apóstol Pablo a los Colosenses
Se cuenta que cierto rey tenía la costumbre de disfrazarse de simple ciudadano con el fin de saber acerca de las necesidades de su pueblo. Un día se encontró a un mendigo, el rey se sintió conmovido e invitó al mendigo a su casa, éste ignoraba quién lo invitaba. Lo supo cuando llegaron frente a un palacio y vio abrirse las puertas, a su paso los sirvientes se inclinaban ante rey. Él ordenó a alguno de sus siervos que se hicieran cargo del mendigo y cuando estuviese listo, bien arreglado lo trajeran a su comedor. Cuando el mendigo llegó ante el rey era otra persona. Disfruto de una cena jamás soñada. Al terminar de cenar muy agradecido quiso marcharse. El rey le dijo, que las puertas de su palacio siempre estarían abiertas y la mesa a su alcance para disfrutar de los alimentos que él quisiera y también de su amistad, pero había una condición y ésta era, que se mantuviese limpio. Esta historia ilustra, en cierto aspecto, lo que el apóstol Pablo dice en el versículo leído. Observemos algunas enseñanzas.
Dios Nos Ha Librado De Una Situación Terrible. Esta situación está descrita como “potestad de las tinieblas”. Algunos interpretes dicen que la frase designa el poder del pecado en cualquiera de sus muchas expresiones y formas. Otros dicen que es el poder del Diablo. El Nuevo Testamento Viviente describe la situación como “tinieblas satánicas”. Las interpretaciones, cualquiera que sea son terribles y dramáticas. Es muy lamentable vivir bajo el poder de cualquier pecado. Jesús nos ha librado de esa condición.
También, Dios Ha Perdonado Nuestros Pecados. El perdón de los pecados es algo que nosotros debemos pedir a Dios siempre en nuestras oraciones. Porque “la paga del pecado es muerte”, es espiritual y eterna. En Cristo somos perdonados cuando arrepentidos venimos en busca de su ayuda.
Dios, Nos Ha Puesto Bajo Otro Gobierno. “Nos ha trasladado al reino de su amado Hijo.” Como vemos, no solamente hemos sido librados de una situación sino cambiados a otra situación en la cual vivimos bajo otro poder, bajo otro gobierno, bajo otro rey, bajo Cristo el Rey de reyes. La única condición es, mantenernos limpio. Y cuando fallemos, pidamos perdón a Dios y fortaleza.