“Un agricultor salió a sembrar sus semillas en el campo, y mientras lo hacía, algunas cayeron en el camino y las aves vinieron y se las comieron. Otras cayeron sobre terreno pedregoso, donde la tierra no era muy profunda, las plantas nacieron pronto, pero a flor de tierra, y el sol ardiente las abrasó y se secaron, porque casi no tenían raíz. Otras cayeron entre espinos, y los espinos las ahogaron. Pero algunas cayeron en buena tierra y produjeron una cosecha de treinta, sesenta y hasta cien granos por semilla plantada.” “El que tenga oídos, oiga”. Jesucristo (Evangelio de Lucas 8, la Biblia al día).

Excelente narración con tantos simbolismos, que nos enseña que no todos los terrenos son fértiles o receptivos, así son los humanos. Hay algunos que escuchan el evangelio y no lo entienden. Satanás llega y les quita lo que se les sembró. Otras personas escuchan el mensaje de salvación, lo reciben con alegría, pero no hay profundidad en su experiencia, la semilla no echa raíces muy profundas, luego cuando aparecen los problemas o la persecución de sus familiares o conocidos por causa de su nueva creencia en Cristo, el entusiasmo se desvanece y se apartan de él. Hay otras personas que escuchan la Palabra de Dios, pero se afanan tanto con los asuntos de esta vida, el amor al dinero y a las cosas materiales ahoga en ellos la Palabra de Dios y se van retirando paulatinamente de su primer amor en Cristo, se hacen apáticos, ya no hacen nada por la obra del Señor y se retiran definitivamente. Pero hay personas que representan la buena tierra, la semilla del evangelio les llega, escuchan el mensaje salvador de Jesucristo, lo entienden y salen a ganar a otros para su Señor, treinta nuevas personas, otros sesenta y otros hasta cien nuevas almas convertidas para el reino de Dios.

Jesucristo terminó la historia del sembrador declarando: el que tenga oídos para oír que oiga. Yo te invito a ser un buen oidor de la Palabra, pero sé un hacedor de ella. Cumplamos con la encomienda de ir y compartir el evangelio del reino de Dios, el evangelio de amor de Jesucristo que tú y yo hemos recibido sinceramente. La presencia de Él irá y estará contigo. 

Oraré por ti, para que seas un sembrador.

Lee Lucas 8:4-15