La resurrección de Cristo es fuerza vital para vivir la vida cristiana y no claudicar ante cualquier situación adversa, porque los sufrimientos o las pruebas pueden ser una tentación para perder la fe y la esperanza en Dios. “Y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder, así perseverarán con paciencia en toda situación” (Colosenses 1:11).

Puesto que la muerte de Jesús puso fin a una etapa triste de la historia humana porque experimentaba: el dominio del pecado y la muerte eterna, fue necesaria la resurrección para dar comienzo a una nueva etapa de vida y esperanza por la misericordia de Dios. La exaltación y entronización de Cristo vino después de su resurrección y ascensión.

Basta decir que Cristo ya está reinando en el cielo, lo que sirve como base segura y esperanza para nosotros de llegar con él a su reino, cuando Dios lo permita, entretanto vivamos en la victoria de Cristo.

Lee Filipenses 2:9-11