¿Que Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.

Profeta Miqueas 7:18-19

El profeta Miqueas un siervo de Dios llamado para servir en favor de su pueblo. Tenía que dar el mensaje de exhortación a su pueblo, para que recobrara la cordura, se arrepintieran y regresaran a una relación con Dios, porque se volvieron un pueblo idólatra y belicoso, Dios estaba muy enojado con ellos por sus maldades, impiedades, rebeldía y deslealtad. Además tenían muchos delitos económicos  y sociales. Eran una sociedad corrupta, pero Dios en su infinita misericordia deseaba redimirlos porque nunca los había dejado de amar, para Dios era un placer amarlos. Solamente un remanente del pueblo se arrepintió, la gran mayoría no le importó lo que Dios deseaba o pedía de ellos, hasta que fueron llevados al exilio por sus enemigos quienes habían ganado la guerra que sostuvieron contra ellos, destruyeron la ciudad, muchos murieron, saquearon el templo de Dios y lo derribaron.

Dios nos ama porque ese es su placer, su agrado, Él es leal y maravilloso como Dios y Padre de todos aquellos que voluntariamente se arrepienten de sus injusticias, pecados y aberraciones, siempre da una nueva oportunidad hasta que su paciencia llega al límite y entonces viene la ruina.

Tu y yo tenemos la oportunidad de reconsiderar el propósito de nuestra existencia, cambiar de rumbo, iniciar un nuevo comienzo tan solamente volver a Dios por medio de su Hijo Jesucristo. No arruines tu vida, cambia tu filosofía de vida, haz la voluntad de Dios, reconoce el amor que te tiene, te ofrece paz, seguridad, esperanza y verdadera alegría. 

Lee Miqueas 7:8-20