Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo admiraban . . . 

Lucas 4:14-22

Después de las tentaciones Jesús dejó el desierto y fue llevado por el Espíritu a Galilea. Tomó la decisión de que el tiempo había llegado y tenía que decidir por donde comenzar su trabajo sobre el reino de Dios y decidió que en Galilea.

Galilea en época de Jesús era un territorio de 75 km. de largo por 40 km. de ancho, Galilea significa círculo y proviene del hebreo “Galil”. Se le llamaba así, porque  estaba rodeada por naciones que no eran judías. El historiador Josefo quien había sido gobernador en esa región, dice que Galilea tenía 204 villas o pueblos, ninguno con una población menor de 15 mil habitantes. Así que en Galilea  había alrededor de 3 millones de habitantes. Jesús le dio mucha importancia a este territorio, era su tierra y recorrió muchas de estas poblaciones haciendo el bien a la gente y anunciando el Reino de Dios. En Nazaret había unos 20 mil habitantes, era donde vivía su familia, donde él creció y se desarrolló hasta los 30 años, al regresar a su ciudad fue a la sinagoga o templo, en el cual se ofrecían:

a) Oraciones de adoración.

b) Se leía la Palabra de Dios. Lo hacían 7 personas de los asistentes, como leían en hebreo antiguo, el cual ya no era comprendido por todos, era traducido al arameo o al griego.

c) Se enseñaba. No había un ministro profesional para que lo hiciera, el presidente de la sinagoga podía invitar a cualquier persona distinguida que estuviere presente para que hablara y después se discutía lo expresado.

Así fue como Jesús tuvo su oportunidad. Le dieron el rollo y leyó Isaías 61, lo hizo de pie, como era la costumbre, después se sentó  y aplicó la lectura. El pasaje termina diciendo que Jesús era elogiado por todos, los corazones de los hombres estaban hambrientos de palabras de vida. Y todavía no se daban  cuenta del golpe que iba Jesús aplicar a la ortodoxia de ellos (ortodoxia: postura fundamentalista y tradicional, la cual no tiene errores y no admite contradicción, es absoluta y tradicionalista). Después de todo, un hombre con un mensaje siempre dominará a su auditorio.

Continúa…

Lee Lucas 4:14-32