Juan agrega comentarios de interés al final del relato. Era la gente que estaban con él, cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos (17) las que dieron testimonio de lo que había sucedido. Evidentemente fue tal testimonio lo que atrajo a la aclamadora multitud desde Jerusalén; porque la gente había oído que él había hecho este milagro como señal (18). Todo esto resultó en una desesperada situación de los fariseos. Sus planes tan bien preparados para poner fin a Jesús y su obra habían terminado en lo que parecía una completa frustración, alguien de ellos dijo: “como pueden ver, así no vamos a lograr nada”. “Miren como lo sigue todo el mundo” (19). El odio, la envidia y la impotencia de no poder impedir que la multitud lo siguiera. Él era el prometido Mesías a Israel y en Él serían benditas todas las naciones.
Hay tres tipos de personas que toman una decisión respecto a Cristo Jesús:
1.- Los que lo rechazan, es un alto porcentaje de los seguidores de otras religiones. Con sincretismos religiosos, paganos e idolatría, cuyos fundadores se murieron. Sus adeptos van a visitar cada año su sepulcro.
2.- Los que son indiferentes o escépticos. Que creen que Jesús fue un gran maestro que no fue lo que dijo ser: Hijo de Dios, el Mesías Salvador.
3.- Los que creen verdaderamente en Él; por lo que han leído de Él, por la enseñanza de alguien, por seguimiento voluntario habiendo experimentado su conversión a Él por medio del Espíritu Santo.
Cada individuo que ha vivido en este mundo tuvo que tomar una decisión personal por Jesucristo y todo ser humano en la actualidad incluyéndonos a ti y a mi. Con Cristo o sin él, la decisión es personal, no es asunto de religión o de herencia familiar.
Lee Juan 12:17-19