“Al ver Dios lo que hicieron, (los de Ninive) es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambió de parecer y no llevó acabo la destrucción que les había anunciado” (por medio de Jonás) (capítulo 3:10) “Pero esto disgustó mucho a Jonás, y lo hizo enfurecer”. (4:1)

Qué raro somos los humanos cuando ciertas personas nos caen mal y los aborrecemos, ya sea por algún disgusto, por que son de otra raza o por cualquier otra cosa. Jonás deseaba que los enemigos de su pueblo fueran fulminados, deseaba que Dios cumpliera su palabra de destruirlos o que los de Nínive no creyeran su mensaje y se arrepintieran, muy mal por sus intenciones y disgustado le reprocha a Dios por su: —bondad, compasión, lento para la ira y lleno de amor, que cambia de parecer y no destruye— (versículo 4:2).

Si Dios no tuviera la paciencia perfecta que tiene, tu, yo y mucha gente sería fulminada por Dios cada día por el mal proceder, por los pecados e injusticias que cometemos. Mientras el ser humano vive físicamente tendrá  la oportunidad de enmendar su mal proceder y tendrá el perdón de sus pecados y de toda injusticia por parte de Dios en un sincero arrepentimiento. Los ninivitas fueron perdonados, y la bondad de Dios fue porque había en la ciudad 120 mil que no sabían cuál era su mano derecha y su mano izquierda, esto nos habla de niños pequeños y Jonás no pudo discernir eso y pidió a Dios que les quitara la vida, tanto era su ira por la actitud de Dios y además su enojo fue por la planta que le daba sombra delante de un sol muy abrazador que Dios hizo brotar y así Él hizo que se secara. Dios tuvo paciencia también con Jonás y le hizo ver, que esos 120 mil valían más que la plata de calabaza que se había secado.

Nunca nos enojemos por el actuar de Dios en bien de otros, sean como sean esas personas, tengamos la compasión del Señor como la tuvo mucha veces Jesucristo en favor de los necesitados, sanó enfermos en día sábado ante el disgusto de sus enemigos. Quitemos de nuestra vida, si lo tenemos: el racismo, o juzgar o maltratar a los pobres, a los analfabetas y a los indígenas, entre otros.

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