En el cielo y en la tierra mostraré prodigios: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible. Y todo el que invoque el nombre del Señor escapará con vida…

Profeta Joel 2:30-32a

Las predicciones de Dios por medio de sus profetas, en algunas de ellas son advertencias para que la humanidad cambie de rumbo, se arrepienta del mal toda nación que la forma y haciéndolo más individual, cada ser humano debemos obedecer las advertencias de Dios y cambiar nuestra manera de vivir, confesar nuestros pecados y todo mal que hacemos en nuestras relaciones humanas, Él otorga el perdón cuando somos sinceros y experimentamos el cambio que produce nuestra relación con Cristo.

Dios ha prolongado su misericordia, hemos visto su actuar en diferentes acontecimientos en lugares cercanos y distantes los cuales nosotros hemos sido testigos. Estamos viendo señales en la tierra, revoluciones, guerras, en la economía, pandemias, hambre y extrema pobreza. En la naturaleza, en los océanos, en el sol, y en la luna. Estas señales debemos considerarlas como advertencias porque el tiempo se está terminado para la humanidad. Habrán más señales, estas serán las últimas, la Biblia la llama tribulación y gran tribulación, después el gran día del Señor.

En el capítulo 3 de la profecía de Joel se anuncia: “En aquellos días, en el tiempo señalado, cuando restaure yo la suerte de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones y las haré bajar al valle de Josafat. Allí entraré en juicio contra los pueblos. Dios no hace bromas, ni miente porque Él es veraz, lo que advierte lo ha cumplido y lo seguirá cumpliendo. Observemos lo que pasa en las naciones y los fenómenos ambientales, así como fuera de la tierra. Esta es una invitación que el profeta Joel nos ofrece: -Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. La salvación que Dios ofrece, solamente está en Cristo Jesús. 

Lee Joel 2:28-32, 3:1-3