Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban juntos (discípulos de Jesús) en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

Hechos de los Apóstoles 2:1-4

Jesús el Cristo ascendió a los cielos después de 40 días de haber resucitado y estuvo apareciéndose a sus discípulos en diferentes lugares, antes de ascender al cielo. Les dijo que: no se fueran de la ciudad de Jerusalén, que esperaran 40 días y que él les enviaría al Paracleto, el Espíritu Santo para que estuviera con ellos y él les recordaría todo lo que él les había enseñado. Se cumplió su palabra; porque con manifestaciones sobrenaturales descendió el Espíritu Santo y se posó sobre ellos y todos fueron llenos de él, de tal manera que les dio la facultad de que hablaran diferentes idiomas para que una multitud de diferentes países escucharan el mensaje de salvación en su propio idioma, lo cual sucedió.

El apóstol Pedro les explicó la razón de esta manifestación espiritual, los hizo culpables del rechazo que hicieron de Jesús como Mesías. Y los invitó a que creyeran en Jesús como el Mesías y Salvador prometido al pueblo de Israel y recibirían el perdón de sus pecados; así lo hicieron las tres mil personas que estaban presentes, los cuales fueron bautizados aquel día. Esto dio inicio a la expansión del evangelio de Jesucristo no solo en Jerusalén, Judea, Samaria y Galilea sino en otros países que formaban el imperio romano.

Cuando Cristo Jesús llega a la vida de una persona recibe el Espíritu Santo, quien lo regenera, santifica, lo sella como propiedad o hijo de Dios. También el Espíritu le otorga dones espirituales que son habilidades para usarlas para el bien de otros, como por ejemplo: sanar enfermos, hacer milagros, fe, predicar con efectividad, expulsar demonios de las personas poseídas, don para enseñar, don para ser pastor, misionero y otros dones o habilidades más.

Todo seguidor de Cristo Jesús ha recibido por lo menos un don o habilidad espiritual para servir al Señor por medio de la iglesia local o por medio de otras organizaciones cristianas. Si tú recibiste a Jesús como tú Salvador y Señor se te ha dado un don del Espíritu Santo, debes descubrir cuál es, o pedir orientación por medio de un pastor o un cristiano con experiencia, capacitarte en ese don y de inmediato comenzar a servir al Señor nuestro Dios. Hazlo ya, no pierdas el tiempo, el Espíritu Santo quiere utilizarte para honra y gloria de Dios.

Lee Hechos de los Apóstoles 2:1-39