“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas  tus fuerzas”

Deuteronomio 6:5

Es el mismo Dios de Israel, nuestro Dios que hace esta recomendación, que lindo y maravilloso es. Dios como Señor no necesita nada del hombre para continuar siendo Dios, pero su persona tiene la perfección más sublime, esto es su amor por su creación la cual incluye al ser humano, a quien le dio la capacidad para amar. 

En su ser emocional Dios pide a sus criaturas que lo tengan en alta estima, que lo amen y con mayor énfasis a sus hijos judios y gentiles. Le agrada que se le exprese que lo amamos, aunque el amor del ser humano es imperfecto y Dios lo sabe, aún en esa imperfección Él lo pide.

Nuestro amor debe ser sincero, debe expresarse y demostrarlo sin egoísmo o conveniencia.

Debemos expresar nuestro amor  cuando oramos a Él, como Dios o como Padre y debemos demostrarle obedeciendo  su palabra, que incluye sus mandamientos, principios, estatutos, enseñanza. Lo demostramos cuando ayudamos o hacemos favores a los pobres. Cuando cumplimos los mandatos de su Hijo Jesucristo y obedecemos las indicaciones de su Espíritu.

Él dice que debemos amarlo con todo nuestro corazón el lugar de nuestras emociones; con toda el alma que incluye nuestra mente y nuestra buena voluntad y con todas nuestras fuerzas físicas, esto es, nuestra buena disposición. 

Así que, nuestro amor a Él incluye nuestra área espiritual, mental, voluntad, emocional y física. Debemos crecer más en nuestro amor a Dios, como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo.

Lee Deuteronomio 6:4-9