¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aún cuando ella lo olvidara, ¡Yo no te olvidare!

Isaías 49:15

Vamos a sumergirnos un poco en la profundidad del dolor emocional, un asunto que muchos o suficientes personas pasamos intencionalmente al olvido de manera aparente, porque éste dolor continúa presente en nuestro ser interno.

Sentir dolor es algo que no le gusta a nadie. Cuando consideramos el dolor en el aspecto físico, las heridas por accidentes, enfermedades diferentes, algunas curables y otras incurables, cirugías diversas, dolores reumáticos constantes, etc., son difíciles de enfrentar o sobrellevar. Reconocemos que tenemos un cuerpo frágil a la exposición del dolor. En algunos casos los hijos de Dios sanan por fe, por la obra de Cristo en su cuerpo, o se salvan de morir, aún estando en terapia intensiva.

No obstante, hay otro dolor existente en el ser humano, que casi todos hemos experimentado en alguna o en varias ocasiones, el cual nos genera sufrimiento; es el dolor emocional. Este dolor nos afecta profundamente, en algunas personas provoca infelicidad, otros viven con insatisfacciones, otros viven con rencores que no pueden perdonar, otros más viven en aislamiento, otros no permiten ser amados y tampoco aman. A veces, no se puede evitar el dolor emocional, pero si podemos decidir, que no regirá o controlará nuestra vida. Debemos tomar esa decisión.

Continúa…

Lee Isaías 49:13-16