La historia bíblica nos habla de personajes que tuvieron sus discípulos. Por ejemplo: Abraham tuvo su discípulo Lot, era su sobrino, así que este atendía los consejos del tío, fue su mentor, quien arriesgó su vida para salvarlo cuando fue secuestrado. Lot fue fiel a su líder. Moisés tuvo a su hermano Aarón. Un dúo magnífico, uno era el pensador, el de las buenas ideas, el que realizaba los milagros en el nombre del poderoso YAHWEH (Yo Soy) y el discípulo era el portador, el que expresaba las encomiendas del líder. El conquistador de la tierra de Canaán llamado Josué, tuvo a Caleb, un hombre fiel, valiente, obediente a su líder. Caleb fue un magnífico discípulo. El profeta Elías discípulo a Eliseo; como su maestro fue también aguerrido, valiente, consagrado a Dios, visionario, predicador. Eliseo recibió el manto de la profecía de su maestro Elías. Ambos hicieron milagros.

Todos estos personajes fueron leales en el servicio que Dios el Señor les dio. Es muy importante que todos los seguidores de Jesucristo aceptemos su encomienda y le obedezcamos: “Vayan y hagan discípulos… enseñándoles todo lo que yo les enseñé”. Muy sencillo el plan de nuestro Maestro. Lo que tu sabes de Él compártelo con otro y después lo continuarás haciendo porque arderá la pasión en ti para ayudar a otros a conocer a Cristo.

Lee Mateo 28:19-20