Una pregunta que a muchos nos toma de sorpresa es:
¿Cuántos años tienes? Uno sabe si responder o evadir la pregunta. ¿Por qué quejarnos de la edad que tenemos? Es solamente un número. Lo que importa es tu existencia, el valor que le damos y los buenos resultados que hemos logrado en el tiempo que hemos vivido. Uno de los nombres de Dios es: El Anciano de Días. Daniel en una visión vio a Dios sentado en su trono, como un anciano. Él no cuenta sus años porque Él es eterno.
La Biblia nos relata historias asombrosas de las grandes cosas que Dios llevo a cabo por medio de personas que ya habían llegado a la edad de 80,90,100 años como Lot, Abraham, Jacob, Moisés, Josué, Caleb, el apóstol Juan, etc. Dios, no sólo nos muestra cómo podemos ser útiles a sus planes, también promete que nos ayudará mientras avanzamos en edad y el cuerpo se vaya debilitando.
Para Dios los ancianos son tan valiosos como las personas de cualquier otra edad. Tú, no tienes por qué tenerles miedo a tus últimos años de vida, Dios ha prometido ayudarnos a pasar por esa etapa, te llenará de confianza y alegría. Invocarlo en todas tus necesidades, permite que Él te use en el transcurso de tu existencia.
Continúa…
Lee Isaías 46:4