“Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él”

Génesis 2:18
LA SOLUCIÓN DE DIOS 

No solamente Dios vio el problema, lo solucionó: “le haré ayuda idónea para él”, el primer nombramiento que Dios le dio a la mujer fue: “Ayudante”, viene de ayuda. De hecho, el diccionario lo define así: “Que ayuda”, en hebreo es más significativo, contiene la idea de “alguien que ayuda a otro a alcanzar la plena realización”, en otras partes del Antiguo Testamento se refiere a alguien que viene en rescate de otro: “Le haré ayuda idónea” ~ y no hay un esposo que niegue tal definición, solo los injustos y mal agradecidos no lo consideran así.

La mujer no debe ser la que soluciona los problemas del hogar o asuntos de la familia, es la que ayuda. La respuesta de Dios a la soledad del hombre fue dar existencia a una mujer. Alguien que estaría ahí, para ser parte vital de su plena realización, alguien para rescatarlo. Como si esto fuera poco. Dios agrega que la ayuda que le daría al hombre sería “idónea”, literalmente “adecuada a él”. Ella proveería las piezas faltantes en el rompecabezas de su vida. Ella lo completaría, como esposa adecuada y calificada. Es una descripción hermosa de un papel digno y necesario que llenaría el ser que Dios crearía y traería junto al hombre.

En el plan original de Dios, la intercesión era que cada miembro de la pareja fuera individual y único y necesitara del otro para encontrar mutua plenitud. Por esto es necesario respetar el pensamiento de Dios. Es tan difícil cuando uno de los dos se muere después de haber vivido varios o muchos años juntos.

Continúa…

Lee Génesis 2:18-23