Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

Carta a los Colosenses 3:12-14

El apóstol Pablo dice que nosotros somos escogidos, Santos y amados por Dios, eso es maravilloso, porque Él como nuestro Padre es sincero con nosotros, nos valora. Esta actitud de Dios nos lleva a considerar y aplicar a nuestra vida el consejo de ser afectuosos con otros, bondadosos, humildes, amables y pacientes, tolerantes y dispuestos a perdonar la ofensa de otros. Para actuar bajo estas recomendaciones necesitamos primeramente:

La tolerancia: porque con ella podemos tratar con paciencia a otras personas, aún si se tiene que sufrir. La tolerancia es también resistir o soportar y respeta las ideas diferentes que no coinciden con las tuyas. Entender que las opiniones son relativas y discutibles porque no tienen la verdad absoluta. Ser tolerantes es expresar el punto de vista propio sin herir los sentimientos de los demás, y no burlarse de las diferencias.

Cuatro principios de la tolerancia:

1) No responder a las agresiones cuando somos insultados, provocados o acusados injustamente. El silencio es una fuerza  mayor.

2) Mantenerse calmado frente a los infortunios, cuando los asuntos no han salido como esperábamos.

3) Compasión con otros frente a la envidia y el rencor o tal vez el odio contra nosotros.

4) Gratitud a Dios frente a las difamaciones, teniendo la actitud de Cristo.

Incorporemos a nuestra vida las virtudes que nos recomienda el apóstol.

Lee Colosenses 3:12-17