“El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos. Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. Teman al Señor, ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen. Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta.”

Salmo de David 34:7-10

Este canto de alabanza lo escribió David en el desierto de Judea, cuando huía de los soldados del rey Saúl y fue a la ciudad de Nob a ver al sacerdote Ajimelec, a pedirle alimentos y el sacerdote le entregó los panes del altar consagrados a Dios, también le dio la espada de Goliat a quien David había vencido. De ahí, David se fue a refugiar a Gat, donde el rey de ese lugar era Aquis. Los soldados del rey sospecharon de David porque reconocieron, éste se hizo pasar por loco para que no lo tomaran prisionero o lo mataran, David se fue al desierto y por esta experiencia fue inspirado a escribir este hermoso salmo. 

David por su propia experiencia —nos anima a confiar en el Señor para quedar libres de toda angustia. Nos asegura que “el ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, porque está a su lado para librarlos”. Posiblemente, ese ángel es el mismo Señor.

David nos invita cuando dice —Prueben  y vean que el Señor es  bueno. Tú tienes que creer en la bondad de Dios, es una perfección  suya que está a disposición de sus hijos y de los que le temen, con reverencia y obediencia. —Esa es la exhortación de David: “Teman al Señor todos sus escogidos, pues nada les falta a los que le temen.”

Cuando buscamos al Señor con sinceridad, devoción, y temor reverente nada nos falta. Lee completo el salmo y te ayudará en tus momentos o días difíciles de angustia o de preocupación. No lo olvides, Dios es bueno con su pueblo.

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