“Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones… Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres”
Carta a los Efesios 4:7a, 8b
Jesús dedicó tres años aproximadamente a 12 hombres, de distinto nivel social y cultural, ellos eran talentosos unos más que otros, el entrenamiento de Jesús era por medio de la enseñanza para ellos y también por medio de las predicaciones que Él compartía a la gente. Vieron estos hombres la práctica de la fe por medio de las sanidades y milagros que ejerció Jesús en el poder de su Padre. Y les aseguró que ellos harían lo mismo y aún cosas mayores cuando El ascendiera a la gloria del Padre.
Cuando Jesús ascendió al cielo a la presencia del Padre, a los 40 días de su resurrección, descendió el Espíritu Santo sobre los apóstoles y sobre más discípulos, a partir de ese momento recibieron los dones del Espíritu y comenzaron a servir a la comunidad de creyentes, a esparcir el evangelio de Jesús, a sanar enfermos y a realizar milagros. La promesa de Jesús se cumplió tal como se los dijo, desde ese día de Pentecostés continuaron predicando sobre la muerte, resurrección de Jesús y su regreso a la tierra, confirmaban la palabra que predicaban con señales, sanidades y milagros, la gente creía en Cristo y el número de los creyentes aumentaba cada día.
Los dones espirituales, son para los creyentes seguidores de Jesucristo, los dones son un regalo, son capacidades y habilidades para servir a Dios y a Jesucristo beneficiando a los creyentes que forman la iglesia local en diferentes localidades geográficas. Cada creyentes al recibir a Cristo como su Salvador recibe un primer don, por cierto hay muchos dones, algunos dicen que son 25 y otros dicen que son más, en la carta a los Romanos 12:1-8 aparecen los primeros dones o habilidades. En la 1a. carta a los Corintios 12 aparecen otros, así como en la carta a los Efesios 4:1-16 y en la 1a. Carta de Pedro 4:6-11, hay otros versículos aislados en otras cartas. Lo importante es descubrir cuál es ese primer don que recibimos, capacitarnos y comenzar a usarlo en favor de otros creyentes o posibles creyentes. Cuando el Espíritu Santo ve que estamos usando esa capacidad o habilidad nos da otro, y otro. Pongamos en práctica esta enseñanza.
Lee Efesios 4:1-16