“Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos como en los días de fiesta.”
Libro de Sofonías 3:17
Los músicos mencionados en la Biblia, y los músicos autores de la música sacra en todas las épocas y aún en nuestra era moderna reconocen a un Dios Musical en quien ellos se han inspirado para sus composiciones musicales, es a Él a quien se dirige la música, porque Dios es digno de ser alabado por medio de la excelencia de la música.
En los diferentes libros poéticos de la Biblia particularmente en el Antiguo Testamento y en forma más particular el libro de los Salmos es reconocido por los judíos y cristianos como el Salterio, un bello himnario, su poesía es cautivante en las alabanzas, algunos mencionan algunas perfecciones de Dios, otras sus proezas, en otras las quejas o ruegos del adorador, pero todas invitan al lector a usar esa composiciones cuando se encuentran en situaciones de escasez espiritual o bajo tribulación o pruebas que la vida nos presenta, pero también son de inspiración para comprender el actuar de Dios en nuestro favor, de su pueblo judío y de su pueblo cristiano.
Si es importante reconocer que toda la música o la poesía de la Biblia es muy adecuada para usarla en el culto a Dios, en donde podemos expresar nuestra gratitud por todo lo que Él es, por lo que nos ha dado y nos seguirá ofreciendo, sobre todo, lo más sublime que es su amor y su infinita bondad que nos da cada día.
La música de alabanza es de regocijo, de alegría, de gozo, produce entusiasmo. Los israelitas y actualmente los judíos sus cantos de alabanza son llenos de entusiasmo, de algarabía, de gritos clamorosos, baten sus manos y las levantan al cielo, se contagian los unos a los otros y los gentiles se unen o quedan expectantes en su asombro al ver la alegría de las familias, de las comunidades donde se realiza la festividad. A Dios le agrada el entusiasmo de su pueblo judío y gentil.
La música de Dios aleja la tristeza y el pesar. Dios como creador de la música recibe a su vez en el cielo donde reina la adoración de los angeles quienes le tributan alabanza en medio de un júbilo maravilloso, y lo harán también los redimidos de todas las razas. Se merece toda exaltación y regocijo que se le puede dar por medio del canto personal, congregacional, comunitario; sólo Él se merece la honra, la gloria por todos los siglos y eternamente.
¡Alégrate mucho, hija de Sion! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde.
Libro de Zacarías 9:9
El Señor es nuestra victoria, se deleita en nuestro gozo y alegría, nos renueva con su amor entusiasta y se alegra por nosotros con cantos. La excelencia de la música sacra y la histórica por las proezas de Dios es importante cantarla viniendo a Él con alegría, entusiasmo, ofreciéndole nuestra más sincera adoración por lo que Él es.
Lee Sofonías 3:14-18