Jesús dijo, que el dueño de la empresa, hombre rico, llamó a su administrador para que rindiera cuenta de su negocio, le habían informado que la empresa no iba bien por falta de cuidado, por eso llamo a su mayordomo para que le entregara la información pertinente sobre la situación de su negocio y para despedirlo como su administrador por haber fallado en lo que se le había confiado. Antes que se presentara ante el dueño, el administrador hizo ciertos arreglos convenientes para él. Cuando le informaron al dueño lo que hizo su mayordomo, y él corroboró lo que su hombre de confianza hizo para asegurar su futuro, lo alabó por su sagacidad, astucia e inteligencia.
Ignoro lo que tú estás haciendo con los recursos que Dios te ha dado. Recuerda que Él es dueño de todo lo que recibimos incluyendo nuestra vida. Antes que nos pida cuenta, es decir al morir, debemos hacer ciertos ajustes en la administración de nuestra vida total, antes del llamado de Dios. Administremos correctamente nuestro tiempo, seamos responsables con nuestro trabajo, usemos adecuadamente el dinero como fruto de nuestra vida invertida en el negocio o trabajo. Amemos a nuestra familia esforzándonos de que no les falte no lo indispensable sino lo necesario. Seamos generosos con la iglesia, con el entendimiento de su obra misionera y con los necesitados. Cuidemos nuestra salud que es un regalo de Dios, así mismo nuestra vida de comunión con El y obedientes a su Espíritu que nos guía y nos da sabiduría para aprovechar las oportunidades para tener éxito y ganar más dinero como recompensa de nuestra buena administración, porque El nos considera confiables. No te quejes, Dios no quiere que vivamos con lo indispensable sino con lo necesario, porque Él es nuestro Padre que todo provee cuando estamos en su voluntad y somos responsables. Jesucristo prometió: “si eres fiel en lo poco, en lo mucho te pondré… “
No olvidemos el llamado de Dios el Señor y Dueño que hará en nuestro futuro: “Da cuenta de tu administración.”
Vuelve a leer la parábola del Administrador Astuto Lucas 16:1-15