Nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo. A ese Niño se le ha dado el poder de gobernar; y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz.
Profeta Isaías 9:6
El nacimiento de Jesús el Mesías o Cristo fue un misterio, asombroso y único. Nacido de una joven mujer llamada Maria por obra del Espíritu Santo. Su nacimiento fue muy humilde, nació en una área donde se guardaban los animales de pastura del hostal, porque ya no había una habitación desocupada. Esto sucedió en la pequeña ciudad de Belén, a pocos kilómetros de la gran ciudad de Jerusalén.
El profeta Isaías recibió la revelación de Dios y escribió sobre el Mesías. Expresa que se ha dado el poder de gobernar en el futuro como descendiente del Rey David su antecesor en la carne o descendiente de este rey. Aunque también su gobierno sería espiritual porque cuando Él es recibido en el corazón humano reina como el único Señor y Salvador.
El profeta Isaías menciona las virtudes que tendría Cristo, cada una de ellas son muy significativas, comienza con la primera de ellas: Consejero admirable, la consejería u orientación es tan necesaria para el hombre que ha perdido el rumbo y le falta una nueva directriz para superar lo que le impide alcanzar sus logros. También es necesario cuando se ha caído en aberraciones, en conflictos con otros, cuando se ha perdido o no se ha encontrado el verdadero propósito existencial, esto es porque no se ha tenido una genuina relación con Dios, de hijo a Padre por medio de una reconciliación y eso sólo lo puede hacer este Consejero admirable Jesús el Cristo. Ayudó a muchos en su época, sanó la mente, el cuerpo, el alma, también liberó a muchos enajenados espiritualmente, sus enseñanzas eran verdaderos consejos, orientación para tener una nueva vida.
Cuando estás viviendo en confusión, y no le encuentras sentido a tu vida, o has sido afectado o afectada en tus emociones, acude a él y tendrás un verdadero encuentro de salvación, de paz, de gozo y de seguridad.
Lee Isaías 9:1-7