“Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras.”
Salmo 73:28
El salmo 73 fue escrito por Asaf un compositor y músico del pueblo de Israel, este salmo setenta y tres contiene veintiocho versos. Es una composición muy descriptiva sobre la arrogancia del ser humano, personas burlonas que cuestionan la perfección de Dios respecto a conocer, discernir y ver a los seres humanos en su comportamiento. Estos hombres impíos se vanagloriaban por la acumulación de riquezas materiales. El personaje del salmo es un hombre temeroso de Dios, cuestiona su propia identidad, la situación y sencillez de su vida, está confundido por la conducta y la abundancia de bienes de estos hombres, infieles a Dios, hasta que entra al templo para tener comunión con Dios lo cual para el es una necesidad, ahí comprendió cuál será el destino de estos arrogantes malvados, serán destruidos y consumidos por el terror, serán desechados por Dios por su falsa apariencia.
El salmista hace recordar que a Dios le agrada la fidelidad y los que no lo son: “Perecerán los que se alejan de ti, tú destruyes a los que te son infieles.” El salmista en su confusión raya en la ignorancia y necedad por no comprender. Declara que tiene comunión con su Dios y es sostenido por el Señor de su mano derecha es guiado por su consejo.
La comunión con Dios trae una nueva perspectiva de nuestro presente y futuro, en nuestro presente nunca debemos admirar ni codiciar los bienes de los no convertidos a Cristo, gente sin escrúpulos, codiciosos, avaros y explotadores; lo mejor es depender de Dios, dándole a conocer nuestras necesidades, nuestros proyectos de vida y nuestra seguridad. Por eso es importante y necesario la comunión con Dios nuestro Padre, esta debe ser cada día e ir más allá, ser un intercesor en favor de otros creyentes e hijos de Dios. Este salmo termina con un testimonio: “Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras.”
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