“Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.”

Hechos 2:44-47

Las Escrituras dejan claro mediante mandamientos, promesas y ejemplos que la vida cristiana nunca fue para vivirla a solas. Aquellos que han recibido a Cristo han sido diseñados mediante su nuevo ADN espiritual para vivir en comunidad. Debemos tener un grupo de creyentes que caminen a nuestro lado, todos dirigidos en la misma dirección: hacia el Padre. Solo colectivamente somos el cuerpo de Cristo. Nos necesitamos unos a otros para ayudarnos a ser como Jesús y modelar coherentemente su vida.

En Génesis 1 y otros pasajes de las Escrituras vemos que la Trinidad es en sí misma una comunidad. Tres personas- Padre, Hijo y Espíritu Santo- Que son tan intensas y completas en su unidad que constituyen una sola esencia. Y nosotros hemos sido creados a su imagen para experimentar esa misma comunidad. Separados en entidad, uno en unidad.

El apóstol Pablo nos recuerda nuestro vínculo común:

“Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.”

“Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento.”

La comunidad Bíblica es el pegamento que nos mantiene unidos, mediante ella tenemos la oportunidad de hacer que el favor de Dios crezca y mantener buenas relaciones unos con otros.

¿Estás batallando en tu relación con Dios? ¿Vives en continua disfunción con quienes te rodean? O ¿deseas fortalecer tus relaciones a un grado mayor? Conectarte con tus hermanos y hermanas en Cristo, someterte junto con ellos y caminar a su lado puede situarte en el camino correcto, a la vez que te mantiene en el rumbo hacia la verdad de Dios y su voluntad.

Lee Hechos 2:41-47