Desánimo o depresión es una de las luchas más comunes que enfrentamos en esta vida. Tristemente nadie se escapa, todos los humanos lo experimentan en algunas etapas de su existencia, aún los seguidores de Cristo llamados cristianos o evangélicos. A veces nos sentimos solos e incluso amenazados cuando nos encontramos en una batalla emocional.

Tenemos que comprender a esas personas de la familia, amigos o conocidos cuando están emocionalmente afectados. Como cristianos tenemos el deber de apoyarlos con nuestras oraciones y con nuestras palabras de ánimo y de afecto, lo cual les ayudará y comprenderán que no están solos.

Cuando pierden las personas cercanas a nosotros un ser amado ese duelo es doloroso, difícil de aceptar; debemos apoyarlos con nuestra comprensión, presencia y palabras de esperanza que ese ser amado continúa vivo, su espíritu o alma está en la presencia de Dios.

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