LA IRA DE DIOS ES JUSTA

La situación del ser humano en pecado es una existencia bajo la ira de Dios: “Ciertamente, la ira de Dios viene rebelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad” (Romanos 1:18). La ira de Dios se revela desde el cielo, así como su justicia cuando el hombre está en buenas relaciones con El. La ira de Dios significa la situación adversa que sufre el hombre cuando este se ha alejado de su Creador. Toda persona sin excepción conoce una de las dos, su justicia o su ira; su amor o su desagrado, su poder Salvador o su juicio. “En Cristo, Dios es amor. Fuera de Cristo, Dios es un fuego consumidor” (Martin Lutero).

La ira de Dios no es una verdad incidental. Es una parte íntegra que ahora se revela o que está siendo revelada, exactamente como es la “justicia de Dios”. El tiempo presente continuo que esta usando Pablo está describiendo un proceso que está ocurriendo delante de nuestros mismos ojos, cambios súbitos e impredecibles en todas partes del mundo, vienen más eventos desagradables. “Todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará.”(Romanos 6:23) – Así como la salvación anticipa la manifestación  final de la justicia de Dios, así mismo la ira anticipa el juicio final del pecador. “Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio” (Romanos 2:5).

Para clarificar ¿Qué es la ira de Dios? Les comparto solamente tres definiciones de teólogos: John Murray describe la ira de Dios como “la repugnancia santa del ser (mismo) de Dios en contra de aquello que es una contradicción de su santidad.”  Alan Richardson la define como “la condenación justa e implacable de Dios contra el pecado en cualquiera de sus formas.” – A. M. Húnter, da una definición comprensiva de la ira de Dios; y dice: “Es su amor santo reaccionando contra el mal—el viento adverso de la voluntad divina soplando contra el pecador, no sólo el día del juicio, sino ahora, y que resulta en la degeneración y desintegración del pecador.”

En cada época ha sido así y en esta no hay escapatoria para los que han hecho y están haciendo el mal. Es por eso lo que estamos viendo a nivel mundial. Puesto que Dios es Dios, su ira es una terrible realidad, aclaro la ira no es odio, porque “el odio se opone al amor; la ira es la forma que el amor toma hacia los que se oponen a Él”. El odio es injusto; la ira es justa. El odio trata de destruir; la ira perdona. Por lo tanto cuando Pablo dice: que la ira de Dios se revela paralelamente a su justicia, el apóstol está diciendo que Dios está ofreciendo la absolución, el perdón, pero al mismo tiempo que los que rehusen aceptarla están condenados. (Juan 3:17-21) “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.”

Continúa…

Lee Romanos 1:18-19, Juan 3:17-21