“Antes de sufrir anduve descarriado, pero ahora obedezco tu palabra”

Salmo 119:67 (NVI)

LA AFLICCIÓN DERRIBA EL ELEMENTO MUNDANO QUE ESTÁ DEBAJO DE NOSOTROS Y NOS OBLIGA A CONFIAR EN DIOS

Lo que nos trae a una mayor sintonía con el propósito de la palabra de Dios, porque desde el principio Dios se reveló, dio su palabra inspirada por el Espíritu Santo, su deseo es que esta palabra guiara a todo ser humano, nos enseñara y nos formara para ser mejores personas. Nos ha dado mandamientos para mejorar como individuos, como esposos, como padres, a los hijos; para mejorar como vecinos, como ciudadanos, como comunidad cristiana. Nos da Consejos para administrar mejor nuestra salud física, emocional, para tener larga vida. De esa manera derribamos a ese elemento mundano, terrenal, carnal que todos tenemos. Si nos proponemos a ser mejores se nos promete la ayuda del Espíritu de Cristo, podemos lograrlo aprovechando bien el tiempo porque los día son más difíciles. El v. 71 de este salmo 119 dice: “Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegué a conocer tus decretos.”

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Lee Salmo 119:65-72