Confía en el Señor Tu Dios

El profeta Miqueas predicó y amonestó a su pueblo entre los años 738-698 a.C. En los capítulos 6 al 7:20 presenta el pleito del Señor con el pueblo de Israel. En toda querella o pleito hay un demandante y un demandado. El demandante en este caso es Dios y el demandado es Israel o cualquier otro pueblo de la tierra. 

La Iglesia de Cristo en México vive en medio de una sociedad corrupta, con ciertos gobernantes corruptos. Impunidad en la aplicación de la justicia a malvados criminales. Hay práctica de satanismo disfrazado y una arraigada idolatría de un gran sector de la población mexicana. Casi la misma situación del pueblo a quien se dirigía el profeta Miqueas, el es un ejemplo de carácter, de convicción y de no contaminarse con la sociedad corrupta de su tiempo.

Puso su esperanza en el Señor, no en sus propios medios o autosuficiencia. Puso su confianza en el Dios único y verdadero que salva. Salvación del peligro y amenaza del enemigo invasor. Salvación de las calamidades que los estaban azotando. Salvación del hambre que se estaba experimentando y salvación de la muerte. 

Creyó que Dios lo escucharía al estar orando porque clamaba para que los salvara de todas las calamidades.

La oración de fe trae resultados, Miqueas experimentó esa salvación porque Dios provee, salva, sana, nos protege del peligro y de las circunstancias adversas. La fe debe creer en lo imposible. Como el profeta depositemos nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor. Cree sin dudar que Él te escuchará.

Lee Miqueas 7:1-7